Un poco de historia personal…
Hace ya muchos años que el email se encuentra entre nosotros como una de las formas de comunicación más importante.
No recuerdo exactamente cual fue mi primera cuenta de correo pero creo que fué una cuenta de Infovía que Telefónica ofrecía a sus clientes, los que usábamos su red, hacia finales del año 1995.
Tampoco recuerdo qué tamaño tenía para almacenar correo pero es posible que no tuviera más de 10 MB de espacio de almacenamiento total en los servidores de la compañía.
Muchas historias han pasado desde aquella con respecto al email. Personalmente fue muy emocionante cuando entrando en el siglo XXI monté un servidor de correo con varios dominios y sistema antispam, conectado en una de las primeras líneas ADSL de 2Mbps. Un servidor residencial con el que pude ofrecer cuentas de correo a amigos y familia, unos años antes de que Google lanzase GMail.
Siempre quedará la anécdota en mi mente de que muchos amigos me decían la frase «estás loco, ¿para qué querría yo un email?…» o «nunca usaré eso, es absurdo»…
Otro gran hito fué, en medio del estallido de la gran crisis de 2008 cuando empecé a usar el email con tecnología push, en mi nuevo iPhone, un teléfono que funcionaba realmente bien con el sistema d-push de la Debian del momento.
Cuando el sistema Android adelantó en muchos aspectos a iOS yo mismo fui de los que dejó de utilizar Apple a diario para empezar a trabajar con Android de Google.
Hará una década de todo esto y en estos años he visto pasar por Android un montón de aplicaciones de correo, muchas buenas y que no existen, otras malas que siguen… un poco de todo.
Y desde entonces siempre he estado analizando diferencias entre ellas, buscando siempre como base la seguridad y la privacidad (siempre muy relativa en los smartphones, sobre los que podríamos pasar muchas horas hablando), y sobre esta base, la productividad y la eficiencia.
En base a ésta, mi experiencia personal, sólo una aplicación ha resistido los años y sigue siendo hoy la que tengo de referencia y con la que trabajo sin errores cada día.
Esta APP es AquaMail, si sigues leyendo estas líneas verás que simple es ponerla a funcionar para tí.
Tu email y la privacidad por encima de todo
Antes de empezar debes tener una cuenta de correo, lógicamente. Te recomendaré siempre que sea una cuenta de tu propio dominio, en tu propio hosting o servidor privado. Te recomendaré siempre que el servidor en el que se aloje esté gestionado por una empresa en pro de la privacidad, que no comercie con tu información pero que tampoco se excuse en motivos para leer o procesar tu información para algún fin, por muy bonito que te lo pinten.
Tu información es tuya, tu email debe ser tuyo, privado e intransferible.
Si no tienes todavía el conocimiento para saber hacer funcionar tu servidor o hosting te recomiendo que delegues esta tarea a una empresa seria y responsable que no tenga inconveniente en firmar un contrato que diga ésto que yo te cuento aquí hoy.
Y te digo más, si desconfías de tu proveedor de infraestructura o de Internet o de la red de datos que utilizas, te recomiendo también que realices un cifrado de tus comunicaciones de correo y que sólo utilices sistemas operativos de código abierto, mejor libres, como Debian, con un cliente de correo con la misma filosofía, como Thunderbird, por ejemplo.
Larga vida al email, larga vida a la privacidad de la información y larga vida al software libre, ¡por el bien de la humanidad! 😉
AquaMail, tu propio email en Android siempre operativo
Empezaremos descargando la APP AquaMail en su versión gratuita, desde el marketplace de nuestro teléfono Android. Muy importante, fíjate que el desarrollador de la aplicación sea MobiSystems:
Una vez instalada seleccionaremos «Correo de Internet»:
Escribiremos nuestra dirección email y nuestra contraseña. Después haremos tap en «Manual» para configurar el resto de opciones:
Configuraremos nuestro servidor entrante, en dónde está nuestro correo, nuestra bandeja de entrada y demás carpetas. Mi recomendación siempre es usar IMAP con SSL con comprobación estricta en AquaMail, típico en el puerto 993. Si no tienes esta información de tu email contacta con tu proveedor o escríbeme para ayudarte a conseguirla.
A continuación configuraremos el servidor saliente, que es al que entregamos emails para que éste los envíe a su destino o los pase a otro servidor similar, de los probablemente varios que estarán en el medio, entre tú y tu destinatario. En este caso te recomiendo un servidor con autenticación, un SMTP AUTH o con un sistema similar, lógicamente con SSL, con comprobación estricta en AquaMail y típicamente funcionando en el puerto 465.
Por último ponemos el remite bonito y habilitamos el push, un básico que nos permitirá ser notificados en tiempo real, en el justo momento en el que un email entre en nuestras bandejas.
En este paso AquaMail nos avisará de los permisos que debemos conceder a la APP para su correcto funcionamiento:
Y listo! 🙂 Ya lo tenemos… Ésto es lo que veremos en ese momento:
Fíjate cómo son las interfaces y algunas de sus opciones. Es realmente completo y configurable. Si quieres adaptarlo a tu medida te recomiendo dedicarle un rato cada día, durante días… Te reto a probar cada una de sus opciones! 😀
Y cómo todo buen software tiene su versión profesional, su versión pro, su versión con todo su potencial… Te la recomiendo, tiene un gran valor a un precio realmente excepcional. Yo la tengo desde hace muchos años y estoy encantado.
Hasta aquí este HowTo fácil que te permitirá disfrutar de tu email en tu smartphone a pleno rendimiento.
Espero que este contenido te sea útil. Si tienes dudas déjame un comentario y estaré encantado de ayudarte.
Ciberabrazos! 😉